Noviembre
Me persigue una felicidad mema
de basas, arcos, columnas y obeliscos.
Me atosigan el champán, los mariscos,
las dádivas y albricias por sistema.
Me abruman para impedirme el dolor
del alma y dejarme sin nada, huero
de toda emoción. Me traen el color,
los cantos, las galas del tabernero.
Yo me marcharé a noviembre como otros
se van a más allá de la frontera.
Huiré para siempre a un día sin vosotros,
en el que seas mi dulce adormidera.
Me exiliaré en tus ojos y en tu vientre
y viviré dichoso y seguro entre
el favor de tu cama y la rutina
de sentirte y tenerte ciertamente,
arrinconadas la rosa y la espina,
siendo feliz mi cuerpo, y mi mente
siendo en exceso feliz para ser
feliz. Huyendo de los días festivos
del calendario, me pondré a correr
hasta lograr tus besos adictivos.
Escapando de los brillos del mundo,
llegaré a noviembre para quedarme,
buscaré tu cama para quedarme.
Por siempre en noviembre y cada segundo
siempre en tu cama. Mujer, te lo digo:
viviré en noviembre y sólo contigo.
Juan Bosco Castilla