Desperdicio
Canta sublime un pájaro, por norma
para oídos sordos, para nada. Una
extraña nube surca el cielo y ninguna
mirada se deleita en su forma.
Un juglar ha escrito unos magistrales
versos, que ha borrado con la creencia
de que son deleznables. Una herencia
trabajada sirve en los tribunales
para riñas y lucro de abogados.
Una madre besa a su primer hijo,
que morirá en un tremendo amasijo
de hierros, banderas y comunicados.
Tal vez me está amando la Cenicienta
y yo, el príncipe, no me doy cuenta.
Juan Bosco Castilla