La justificación
No te fíes, y no me estoy refiriendo a ese presidente tuyo, ni a ese auditor, ni siquiera a los oligarcas, sino a ti. Te veo demasiado ilusionado para ser tu primer día. Los individuos son peligrosos, las sociedades mercantiles son peligrosas, las organizaciones secretas son peligrosas, pero no hay mayor peligro que el que viene de uno mismo. Todos los argumentos para hacer lo que no debes están dentro de ti, esperando que los liberes. Y recuerda que tú no eres un hombre cualquiera.