Las páginas que siguen
También el sexo de un hombre es independiente de él. Si las manos tienen memoria, el miembro solo tiene presente y futuro inmediato. Si las manos, como los labios, hacen planes y saben de Historia y de Geografía, el miembro liberado toma la primera calle que descubre y galopa escogiendo caminos al azar, sin preocuparse de si conducen a un oasis o a un despeñadero. El miembro está diseñado para la mano tanto como para la vagina. Ellos lo saben y se añoran incluso aunque se desconozcan. Desde su propia voluntad, se reclaman mutuamente y se buscan. Cuando una mano y el sexo encendido de un hombre se encuentran, el destino tiene escritas las páginas que siguen.