Entrego estos escritos a los lectores de internet con un afán parecido al del niño que lanza un mensaje al mar dentro de una botella. ¿Adónde llegarán? ¿Qué ser humano del otro lado del mundo sentirá curiosidad por leer lo que un hombre corriente como yo ha imaginado y urdido? ¿Quién de entre los anteriores tendrá la paciencia de leer algunos renglones? ¿Quién de entre estos últimos sentirá cierta afinidad entre lo que él siente y lo que yo he querido expresar?
Mi idea es fijar en esta página, poco a poco, buena parte de lo que he escrito. No todo saldrá, evidentemente, pues los derechos de algunas obras no me pertenecen y otras no merecen volver a la luz sin una laboriosa enmienda.
Con la notable excepción de los poemas, casi todos los textos que aquí se recogen han sido publicados y pueden leerse por ahí en versiones más o menos parecidas a estas, que he corregido antes de colgarlas en esta página. Una excepción importante es la novela El catedrático implacable, que puede descargarse gratis en formato pdf o adquirirse en el específico de kindle, pues la he reescrito totalmente, por lo que nada tiene que ver con la que se publicó en 1992.
El lector puede disponer libremente de cuanto aquí se publica, siempre que se cite al autor (dado que son míos, lo natural es que lleven mi apellido) y no sea con fines comerciales. Es más, me gustaría que lo difundiera: más allá de la sintonía entre el autor y el lector, está la sintonía entre los lectores, que nunca me ha dejado de causar asombro. Que lo que yo imagino y expreso pueda ser comprendido por alguien niega mi soledad y justifica mi trabajo, pero que eso mismo pueda servir a la gente para conectar entre sí me parece algo maravilloso.